Mojada en una tormenta que te daña, ensucia y ahoga, empapada y con frio, sigues en esa carrera, arrastrándote sin sentido.
El miedo te
invade, no te deja pensar y no se detiene tu deseo de escapar.
Mojada en una tormenta que te daña, ensucia y ahoga, empapada y con frio, sigues en esa carrera, arrastrándote sin sentido.
El miedo te
invade, no te deja pensar y no se detiene tu deseo de escapar.
Pero sonrío, sé que la luz regresa.
Entonces susurro para que no escuches,
Plocos: "Las 'cosas' se ubican dimensionalmente y la luz las revela. Luz que con sus manifestaciones particulares les cambia de aspecto y permite aproximaciones a su esencia.
En el claroscuro las 'cosas' nos dejan ver sus contrastes."
Nuestra conceptualización de la
realidad está en constante evolución. La humanidad se enfrenta a una
considerable diversidad de perspectivas filosóficas, físicas y de ciencias
cognitivas, que sugieren que nuestra comprensión de la realidad es enredada,
llevándonos a pensar que su base pueda no ser real en los términos en que
comúnmente concebimos.
El término mismo realidad es polisémico y su significado puede cambiar drásticamente según el contexto disciplinario o el marco conceptual que se utilice. Muchas de estas 'realidades' no son tanto, mundos alternativos, sino diferentes capas, niveles de descripción o formas de interactuar y comprender el único, (o quizás no tan único) universo en el que existimos. La ciencia y la filosofía continúan explorando estas fronteras, y nuestra conceptualización de la realidad está en constante evolución.
En el pensamiento contemporáneo, encontramos múltiples "tipos" o "dimensiones" de la realidad, que no siempre son mutuamente excluyentes, sino que a menudo se refieren a diferentes niveles de análisis, marcos de referencia o dominios de existencia. La más reconocida, la realidad física fundamental (o, objetiva científica) que abarca realidades como la cuántica, cosmológica y la clásica/Macroscópica. Base propelente de otras realidades como la experiencia consciente (Fenoménica o subjetiva), y la intersubjetiva con sus constructos sociales y significados compartidos.
La tecnología nos ha familiarizado con las realidades virtuales y digitales, donde interactuamos con realidades como la virtual, realidad aumentada, mixta, el ciberespacio y metaversos. Y, no podemos dejar de listar las muy importantes realidades abstractas y conceptuales: Matemática, lógica y realidades ficcionales, que sumadas a la realidad modal (Filosóficas), las hipótesis de la simulación o las realidades espirituales, complementan el Conjunto de 'realidades'.
La Mecánica Cuántica desafió el determinismo laplaciano clásico, introduciendo la probabilidad en el corazón de la física fundamental. Sus interpretaciones varían, algunas sugiriendo un papel para el observador en la "creación" de la realidad medida (constructivista), otras buscando realidades subyacentes más profundas. La Cosmología nos muestra un universo evolutivo, con estructuras emergiendo a lo largo de miles de millones de años. Es decir, ni puramente predeterminado ni totalmente maleable. Hay leyes fundamentales (aspecto "dado", "objetivo"), pero también indeterminación y emergencia genuina.
La Complejidad y Sistemas Emergentes, campo que estudia cómo comportamientos complejos y patrones novedosos emergen de la interacción de muchos componentes simples (ej. bandadas de pájaros, colonias de hormigas, el cerebro, ecosistemas, mercados financieros), claramente apoya la idea de una "realidad emergente". Los sistemas complejos son a menudo no lineales e impredecibles en detalle, aunque puedan operar dentro de ciertas restricciones. No son totalmente predeterminados ni puramente construidos al azar.
La Neurociencia y Ciencias Cognitivas nos muestra al cerebro como un constructor activo de nuestra realidad perceptual. Lo que experimentamos no es un reflejo directo del mundo exterior, sino una interpretación basada en inputs sensoriales, expectativas, y modelos internos (constructivismo). Al mismo tiempo, el cerebro opera según principios físicos y biológicos (aspecto "dado", con elementos deterministas en su funcionamiento). La conciencia misma es a menudo considerada una propiedad emergente del cerebro. 'Yo' y mi experiencia son una coproducción entre lo dado biológicamente y lo construido a través de la interacción y el aprendizaje.
Por su parte la Biología Evolutiva, manifiesta que la evolución es un proceso de emergencia de nuevas formas y funciones a través de la variación, herencia y selección. No es un camino predeterminado hacia un fin específico. La Epigenética muestra cómo el ambiente y la experiencia pueden modificar la expresión génica, introduciendo una capa de plasticidad y respuesta al entorno que va más allá del determinismo genético estricto. Entonces la vida es inherentemente emergente y adaptativa, respondiendo a un vaivén de presiones ambientales y oportunidades.
Lo que experimentamos conscientemente es el resultado de esta compleja interacción, donde la información sensorial es modulada por la atención, las expectativas, las emociones y las creencias. Esta construcción, sin embargo, no es arbitraria. Está anclada en las interacciones con el entorno y ha sido moldeada por la evolución para ser adaptativa, es decir, para guiar comportamientos que favorezcan la supervivencia y la interacción efectiva con el mundo real.
Nuestra realidad construida, aunque subjetiva en su génesis, tiene consecuencias objetivas. Además, esta construcción no es puramente individual; la intersubjetividad, la cultura y el lenguaje juegan un papel crucial en la conformación de realidades compartidas.
Lejos de la idea de la percepción como una ventana pasiva o un espejo fiel del mundo exterior, la neurociencia actual concibe la percepción como un proceso fundamentalmente activo, interpretativo y constructivo. El cerebro no se limita a registrar pasivamente los estímulos sensoriales; los integra, los interpreta en función de experiencias previas, expectativas y el contexto actual, y genera activamente nuestra experiencia perceptiva.
Conceptos como la plasticidad cerebral demuestran que el cerebro se modifica estructural y funcionalmente en respuesta a la experiencia, adaptando sus mecanismos de procesamiento. Modelos teóricos influyentes, como el del cerebro bayesiano o la codificación predictiva, proponen que el cerebro genera constantemente hipótesis o predicciones sobre las causas de la información sensorial que recibe, y actualiza estas predicciones en función de los errores, la diferencia entre lo esperado y lo recibido. En esta visión, lo que percibimos no es el input sensorial bruto, sino la mejor hipótesis del cerebro sobre lo que hay ahí fuera, dada la información sensorial y sus modelos internos del mundo.
En la Filosofía de la Ciencia Contemporánea, se destaca la multiplicidad de corrientes que en la filosofía se aplican en determinar la realidad: Realismo, Idealismo, Constructivismo y Fenomenología. Mientras un idealista subjetivo podría negar la existencia independiente de lo real, como en el realismo, un fenomenólogo podría simplemente suspender el juicio sobre ello para centrarse en la experiencia, y un constructivista social podría enfocarse en cómo las convenciones sociales moldean nuestra realidad compartida sin necesariamente negar un sustrato real.
Por último, las Ciencias Sociales y Humanidades, nos introducen al constructivismo social, como una perspectiva dominante que enfatiza cómo las realidades sociales (normas, instituciones, identidades) son creadas y mantenidas a través de la interacción humana y el lenguaje. Sin embargo, también se reconocen las "estructuras" (económicas, políticas) que constriñen la agencia humana (elementos que pueden sentirse "predeterminados" o al menos muy difíciles de cambiar). Hay una dialéctica constante entre la agencia humana (nuestra capacidad de actuar y construir) y las estructuras sociales (que nos moldean y limitan).
Ejemplo de esa complejidad conceptual la evidenciamos al leer Laudato si’, que nos dirige al concepto de "realidad común", No es una doctrina epistemológica formal y unificada como el "empirismo" o el "racionalismo", pero si muy significativo y utilizado en diversas disciplinas, incluyendo la filosofía, la sociología, la psicología y, de manera implícita pero poderosa, en discursos éticos y sociales como el de Laudato si'.
La Tierra como hogar compartido, sus ecosistemas interconectados y su vulnerabilidad es una realidad común a toda la humanidad. La realidad es que todos los seres vivos y las sociedades humanas están profundamente interconectados, y lo que afecta a una parte, afecta al todo. Laudato si’ nos describe una visión donde compartimos un destino común y una responsabilidad compartida. La humanidad enfrenta una realidad de desafíos globales que amenazan su futuro compartido y donde todos tenemos una obligación moral común de cuidar esta "casa común".
La "realidad común" también se asimila con los aspectos de la realidad que son compartidos, experimentados, entendidos o acordados por un grupo de individuos, una comunidad o, en un sentido más amplio, por la humanidad. Algunas de las formas donde encuentra eco o se apela a este concepto, junto con sus implicaciones epistemológicas, serían: la realidad intersubjetiva y la consensual. Pero también es comparable con la realidad experiencial compartida, a nivel cotidiano, donde los miembros de una comunidad dan por sentados, aspectos del entorno físico y social que experimentan directamente. Por ejemplo, el clima de una región, la infraestructura de una ciudad, eventos públicos.
Es un término que destaca los aspectos del mundo y de la experiencia que no son meramente privados o individuales, sino que se extienden a través de un colectivo. Es un concepto que subraya que gran parte de nuestro conocimiento y de nuestra realidad misma se teje en la interacción con otros.
Plocos: ¿Flotamos en un oleaje predefinido de corrientes positivistas y constructivistas, o navegamos a través del espejismo incierto y emergente de la realidad?
El ser humano aparece en este mundo, inherentemente habilitado y capacitado para percibirlo y medirlo de un modo óptimo, aun así, no perfecto. Y, desde una óptica común, el ser humano define su entorno como el mundo, y lo hace suyo, 'su realidad', la que concibe como un 'todo’, donde coexiste aquello que percibe como objetivo (lo real), precisando, eso sí, que esta objetividad se circunscribe a dicha percepción humana, y lo construido (subjetivista/constructiva). En la medida que edifica su saber, reconoce otros 'tipos' o 'dimensiones' de realidad, como la cuántica, que amplían, complementan o recontextualizan su percepción del mundo. Pero, atrapado tanto por su cotidianidad como por el entramado de su comunalidad (incluyendo creencias, costumbres e ideas que lo limitan), prioriza aquello que, en su vivencia activa y presente, 'siente' que lo confronta y afecta.
La distinción conceptual entre lo que se define como real (objetivo), aquello que tiene existencia independiente y la realidad subjetiva/constructiva, implica la aceptación que las "cosas que son" coexisten con las "construidas".
Podríamos argüir que la realidad, tal como es comúnmente percibida, se despliega de manera estratificada, pero no como capas aisladas, sino como dimensiones interpenetradas y articuladas. Por un lado, existe una dimensión postulada como objetiva, investigada por las ciencias naturales, que se revela compleja y a menudo contraintuitiva en sus niveles fundamentales. Por otro, nuestra experiencia vivida, la "realidad" que habitamos, es una construcción activa, mediada por la biología, la psicología, cultura e historia.
Esta construcción, aunque adaptativa y anclada en lo real, no es un reflejo pasivo, sino una interpretación dinámica y necesariamente parcial. No sería un simple percepto en el que lo 'real' se transmita con total transparencia, sino más bien el resultado generado por una mente consciente. Dicha mente, de manera sinérgica y simultánea, encapsula la información sensorial, la intelectualiza y luego la 'refracta' o 'polariza' a través del filtro de sus creencias, emociones y afectos.
Como de otra manera explicaría una realidad que abarca entidades con existencia objetiva, independiente de la mente humana, como una roca, y realidades construidas como el matrimonio.
Precisando que, si bien el matrimonio es una construcción social e institucional cuya existencia depende de acuerdos y prácticas colectivas, esta construcción a menudo se desarrolla en relación con o se ve influenciada por aspectos de la realidad objetiva o tendencias biológicas y psicológicas humanas, como la propensión al emparejamiento.
En esta simplificación la noción común
de lo real se acerca a las formas de realismo filosófico, que afirman la
existencia de un mundo objetivo. Sin embargo, el acceso a ese 'dominio real'
nunca es directo, entonces la realidad como experiencia del mundo tal como es
aprehendida y construida por el sujeto se suma a esta complejidad, reflejándose
así en el idealismo, fenomenología y teorías constructivistas.
Es crucial entender que esta construcción no implica necesariamente un subjetivismo radical donde la realidad carezca de fundamento en lo real; más bien, subraya la mediación ineludible de nuestros propios procesos mentales y biológicos. La definición de realidad como "existencia real y efectiva" o "lo que ocurre verdaderamente" que ofrece el diccionario captura un aspecto, pero la experiencia humana añade capas de interpretación.
En conclusión, lo real existiría simultáneamente con esa realidad subjetivista: fabricación mental que se superpone, actuando como un mecanismo a través del cual se enlaza con lo real, lo interpreta e intenta comprender.
El tallar la roca 'cabría' dentro de varias realidades: una realidad material intrínseca (la roca mineral), y realidades funcionales adquiridas (mortero, herramienta, arma, etc.). La intervención humana no elimina su naturaleza original, sino que le añade una capa de significado y utilidad que influye en cómo la percibimos e interactuamos con ella. Así lo real (los objetos) pueden tener múltiples significados y realidades dependiendo de la perspectiva y el contexto.
En esa interpretación la naturaleza de la realidad subjetiva sería maleable: Actual, ligada al momento presente. Fugitiva, cambiante. Conceptual, mediada por ideas, y Particular.
Empleando una analogía lumínica simplista, lo 'real', como la luz, al interactuar en la realidad puede mentalmente ser transmitida, reflejada, refractada o absorbida. Esta analogía pretende visualizar cómo lo 'real' puede ser una representación 'fiel' (transmisión), una distorsión (refracción), una imagen parcial (reflejo) o incluso una desconexión (absorción).
Los modos y calidades con que la humanidad ha acometido esta interacción, han sido fundamentales en su afectación tanto sobre lo que existe objetivamente (lo que es), como sobre lo que subjetivamente ha construido (lo que se cree que es).
Plocos: "¿Dónde se ubicaría la búsqueda de verdad? ¿Es la verdad una realidad?"
En fin, aparecemos
sin libreto, nos sumergimos íntimamente en este mundo y nos constituimos
persona. 'Yo', que observo y mido la realidad, y como recental extraído del
flujo evolutivo, intento absorberla. Intrigantemente, percibirla, discernirla y
conocerla enfrenta complejas limitaciones. Venimos a este mundo con 'cribas' o 'prismas'
mentales preestablecidos, dificultando la transparencia de su verdadera
esencia.
Entonces aspiramos o intentamos salvar esas limitaciones con curiosidad crítica, imaginación y búsqueda de sentido. Entonces de la unión de esos dones con la decantación y refinamiento del saber, estilamos herramientas y tecnologías que a menudo y activamente se integran en los procesos cognitivos, extendiendo la memoria, capacidad de cálculo y razonamiento. Básicamente, expanden los sentidos y capacidades de medición.
Plocos: ¿Aprehendo la realidad como parte de mi búsqueda de
sentido, o encontrarle sentido a mi vida me lleva a aprehenderla?
Nuevos 'sentidos' tecnológicos, expanden el límite de lo perceptible, permitiendo 'sentir' y medir aspectos de la realidad, inherentemente inaccesibles, desafiando al concepto kantiano de la imposibilidad de aprehensión de la "cosa en sí". Entonces el "fenómeno"[1] se amplía, incorporando aspectos antes considerados incognoscibles, sugiriendo que la frontera entre lo percibido (subjetivo) y lo real (lo que es), es dinámica, y se transforma dependiendo de nuestro avance tecnológico, el nivel de saber.
Pero la elección de qué medir, cómo medirlo y cómo interpretar esos datos sigue estando mediada por nuestras teorías, marcos conceptuales y, en última instancia, por la estructura de nuestro entendimiento, aunque esté ampliado tecnológicamente, y nos vemos embocados a revisar continuamente las "formas a priori": categorías del entendimiento (sustancia, causalidad, etc.). Condiciones necesarias y universales para cualquier experiencia humana posible.
Hoy la tecnología no anula la distinción kantiana, la complejiza, mostrando que lo cognoscible es relativo a nuestras capacidades, naturales o artificiales de percepción y comprensión. Persiste la idea de lo real (objetivo) como un horizonte muy lejano, que escapa a nuestra cognición, ya sea por limitaciones biológicas o por la naturaleza misma de la realidad, aun así, ya no se 'siente' tan inalcanzable.
La tecnología actúa como una lente poderosa que puede tanto revelar nuevas facetas de la realidad como también plantear preguntas fundamentales sobre los límites y la naturaleza de nuestro conocimiento.
En ese intento, no nos gustaría objetivar la realidad, pero con los nuevos modos de medir y registrar fenómenos que ocurren a escalas o en rangos que nuestros sentidos no pueden captar directamente, promovemos una forma de 'objetivar' lo que antes era puramente teórico o inferido.
Plocos: ¿Cómo afecta esta "cognición extendida" a la manera en que estructuro mi experiencia del mundo? ¿Será que esta capacidad de influir directamente en la "realidad objetiva" altera mi comprensión de la separación entre el "sujeto cognoscente" y el "objeto incognoscible"? ¿Es la medición un intento fútil de no 'sentirme' sumergido?
“Plocos: ¿En un intrépido magín visualizamos la IA como un ente vivo consciente o capaz de serlo, por qué no a la Vida misma? Elucubrar acríticamente, sobre conferir cualidad de 'ser vivo consciente' a la IA, elude bruscamente la base científica rigurosa, validada o correspondiente.
Si la Vida no tiene consciencia ni propósito, ¿por qué insistimos en que la IA sí deba tenerlos?
¿Es la Vida un sistema con “intencionalidad”, o un fenómeno emergente sin meta?
La Vida 'apareció' antes del ser humano y continua su proceso evolutivo. La humanidad es parte reciente de su flujo evolutivo. De ella heredamos lo que en su 'concepción' ha sido fundamental y para nosotros propósitos vitales: mutar, aprender, mejorar, progresar y florecer. Solo así se nos ha permitido la selección, supervivencia y florecimiento.
¿Sí pensamos que la Vida tiene como único propósito esencial el de prolongar y mantener la vida humana en este planeta, estamos en lo correcto?
¿Sí mantiene el balance general de vida, no del Hombre, estaríamos más cerca de la verdad?
¿Sí pensamos que lo hace para mantenerse viva, estaríamos especulando?
Sonaría extraño si pensamos que mantiene el balance de vida, para que su actual creación optima, el hombre, sobreviva, aprenda y progrese, y de esta manera garantice que la Vida, su creadora, sobreviva, se prolongue y expanda en el universo.
¿De ser cierta esta última especulación, cómo la articularíamos en nuestra búsqueda de propósito?
¿Pero debemos preocuparnos por esas sutilezas si aún no aprehendemos cuál es nuestro propósito como individuos?
¿Somos fines, medios o ambos?
En fin, yo solo sé que soy.”
Atiborra su cofre con lo que Cosa le da intentando mitigar al demonio Carente.
Se enreda con Aberrado para alejar a la odiosa y aburrida Amar, por su simpleza, su caricia amorosa, su detalle sencillo y bello.
Su socio Ego se regodea complaciéndolo, escondiendo a Soy.
De repente permite que Egoísmo destierre a Bondad de su Corazón.
Mira a Cuánto si socializa con Tiene, no con Da.
Corre lejos cuando ve a Esfuerzo y Perseverancia, no le gusta andar con ellos.
Ya no Defiende a Justo.
Solo contempla a Resultado, no a Medios.
Vive con Exceso, Ilimitado, Fácil y Lujo.
Se revuelca permanente con Gozadera, acompañado de Fantástico e Innecesario.
Menosprecia a Cuesta y a sus amigos, Propio o Ajeno.
Siente que es el derecho de Torcido el desterrar a Responsabilidad de su casa.
Ese es Comodino y sus amigotes.
Vivir es virtud en nuestros modales, amor en nuestro sentir. Es colorear el pensamiento. Servir más que recibir.
Morir podría ser un reinicio, o simplemente un no Ser más.
Simplemente vive, y deja vivir.
Falta algo, siempre falta eso que nos hace sentir completos, eso que parece cerrar ciclo.
Eso que nos llena de ansiedad, porque al desearlo llega cuando le da la gana.
Pero así es todo en la Vida.
Pregúntate, cuándo tenemos lo que queremos, como lo queremos.
Creería que, el que lo entendió fue Kalimán1. Le repitió a su compañero Solín hasta el cansancio. "Serenidad y paciencia mi amigo Solín".
¿Será fácil lograr estar serenos y ser pacientes?.
No!. Difícil.
Pero la paciencia y la serenidad es la receta para mantenerse bien. Cualquier otra cosa nos lleva al desespero y la mala vida.
Empero, Kalimán con su frase no quiso decir que nos quedemos estáticos, dormidos o inactivos. No!.
Hay que trabajar, hasta horas extras para conseguir nuestros sueños.
Así que, Serenidad y Paciencia en tu turno extra.
(1): https://es.wikipedia.org/wiki/Kalim%C3%A1n
Pero si no existiésemos, entonces:
Existe el pensamiento por sí mismo; o es un fenómeno emergente de cerebros biológicos, y sin humanos no habría pensamiento, solo procesos físicos ciegos.
Lo real es realidad en si misma; o Sin un observador, no hay "mundo", solo potencialidad caótica (Kant),
¿Es el hombre otra 'cosa' de la realidad; o si la realidad es pensamiento, ¿el hombre es su "instrumento" o su "fuente"? ¿O acaso el universo se piensa a través del hombre (como en Teilhard de Chardin)?
Tres cerditos:
El pensamiento precede al hombre: Hay una inteligencia o lógica inherente al cosmos (Hegel, Whitehead). La realidad es auto pensante, y el hombre es su manifestación local.
El pensamiento es un accidente humano: Sin nosotros, solo quedaría lo físico bruto (materialismo). La "realidad" sería un término vacío sin testigos.
La distinción es falsa: Pensamiento y realidad son co-emergentes, como polos de un mismo proceso (budismo madhyamika, Deleuze). No hay "cosa-en-sí" ni "sujeto puro", solo interdependencia.
La hondura de la pregunta:
Antropocentrismo: "El mundo existe porque lo pienso" (Descartes).
Cosmocentrismo: "El pensamiento existe porque el mundo es inteligible" (Einstein).
Quizá la respuesta no esté en elegir un bando, sino en disolver la pregunta misma: si realidad y pensamiento son inseparables, entonces el hombre no es su dueño, sino su lugar de encuentro. Como dijo Rilke: "No estamos aquí para observar, sino para ser la observación misma".
¿Es el universo un tejido de pensamiento que nos trasciende, o somos nosotros quienes tejemos el universo al pensarlo?
Tal vez, todo
es una ilusión y nunca sabremos qué o quién está detrás de ella, y simplemente
debemos pensar menos y vivir más.
Razón: No quien la tiene, es la que es.
Correcto: No quien lo está, es lo que es.
Decencia: No quien la pregona, es la que es.
Verdad: No quien la posee, es la que es.
Plocos: “Si la fe y la ciencia son los cimientos para la casa
humana, la filosofía y el arte son la estructura donde su espíritu habita, se
cuestiona y expresa.”
“Plocos:
Oscuridad es: Yo, buscando la luz.
Causalidad es: donde el destino no es,
pero la luz reinicia.
Amor es: Días, lucidos y vibrantes, de esperanza.
Esperanza es: Luces de todas las
mañanas.
Vida es: Luz, brillante en un liviano
ponderar.
Tiempo es: El parpadeo fantasma de luz
y sombras.
Libertad es: La que enciende la luz.
Conciencia es: La luz que se refleja en
el espejo.
Existir es: Luz que entra por la
ventana.
Eternidad es: Nuestro iluminado ahora.”
Plocos: Y aún inmersos en la eternidad del momento y del espacio
fluyente, no lo aprehendemos. ¿El ser humano no es si transciende las
dualidades, dimensiones e ilusiones?
Plocos: “Errabundos y solaceados en sombras, nublados por miedo, ignorancia
y arrogancia intentamos no transfigurarnos, mientras divagamos circa destellos
de luz que asoman más allá de la penumbra, donde brilla el amor, se afinca la
verdad y nos espera la libertad.
Libertad ordenada, que ofrece esperanza.
Libertad amorosa, que nos muestra amor.
Libertad verdadera, que nos brinda alas, para no flotar lejos de
la verdad.”